Primeras hormigas que colonizaron el mundo

Viajaron miles de millas en galeones españoles

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 Los investigadores analizaron los patrones de comercio de los galeones españoles que viajaban desde y hasta el Nuevo Mundo a mediados del siglo 15. (Julie McMahon / BBC)

La hormiga de fuego tropical (Solenopsis geminata), también conocida como hormiga colorada, habita en casi todas las regiones tropicales del mundo.

Se la puede encontrar desde en África hasta Australia, pasando por las Américas, India y el sudeste asiático.

Y, según un nuevo estudio de un equipo de investigadores estadounidenses, su amplia distribución se originó en el siglo XVI, cuando se convirtió en la primera especie de hormiga en recorrer el globo por mar.

¿Cómo lo hizo? Embarcándose en el puerto mexicano de Acapulco en galeones españoles y atravesando el Pacífico hasta llegar a Filipinas. De allí, continuó viajando en barco hacia otras partes del mundo.

«Muchos de estos buques, sobre todo si iban a algún lugar para recoger mercaderías, llenaban su bodega con tierra, y luego, cuando llegaban a un puerto nuevo, descargaban la tierra y la reemplazaban con carga», explica Andrew Suárez, director del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Illinois, y coautor del estudio.

«Sin saberlo, estaban transportando enormes cantidades de organismos que estaban dentro de la tierra».

Aunque el estudio se centró en las hormigas, Suárez sospecha que los buques transportaban muchos organismos de forma intencional (cerdos o cabras para alimentarse) pero también muchos accidentalmente (ratas, ratones y cucarachas).

Durante el viaje entre Europa y el Nuevo Mundo, le dice el investigador a BBC Mundo, «cualquier insecto o semilla asociados al comercio o al lastre acabaría también siendo transportada».

Historia escondida en los genes

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Las hormigas se establecieron con mayor éxito en los ecosistemas tropicales y subtropicales. (S.E.Thorpe / BBC)

Los científicos analizaron los genomas de la hormiga de fuego tropical en 192 sitios y observaron los patrones de diversidad genética.

También estudiaron las rutas comerciales de los galeones españoles que viajaban desde y hasta el Nuevo Mundo a mediados del siglo XVI.

«Si te fijas en los registros, estás viendo la historia, las antiguas rutas comerciales y la genética. Todo pinta este cuadro de que ésta fue una de las primeras invasiones globales, y coincide con lo que podría ser el primer patrón del comercio mundial de los españoles», dijo Suárez.

Las hormigas que llegaron al Viejo Mundo son «genéticamente más parecidas a las del suroeste de México, lo cual indicaría que la población original vino de esa región», acota el científico.

Éxito tropical y subtropical

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Los barcos transportaban, accidentalmente, mucho más que mercancías. (Cornelis Verbeeck / BBC)

La llegada de hormigas invasoras es un problema enorme, dice Sara Helms Cahan, investigadora de la Universidad de Vermont, quien participó en el estudio

«Una vez que llegan establecen poblaciones de altas densidades en hábitats nuevos, con consecuencias negativas para la agricultura, las especies nativas y la calidad de vida humana».

El problema, le dice Suárez a BBC Mundo, es que las hormigas a las que desplaza cumplen un rol ecológico importante en sus comunidades.

«Además, pueden comportarse como granívoras y destruir semillas».

Por otra parte, «la hormiga tropical de fuego produce una picadura muy dolorosa y al alcanzar densidades elevadas se convierte en un gran problema para la gente».

Controlarlas, señala Helms Cahan, «cuesta millones de dólares al año».

No obstante, no triunfaron en todos los sitios por igual.

Se establecieron con más éxito en los ecosistemas tropicales y subtropicales y en áreas modificadas por el ser humano, como son las zonas urbanas o agrícolas.

«Les gustan los ambientes abiertos. No lograron establecerse exitosamente en climas templados o más fríos, o en zonas no modificadas por la mano del hombre», explica Suárez.

Para Dietrich Gotzek, investigador del departamento de Entomología de la Universidad de Illinois y coautor del estudio, «esta investigación pone de manifiesto la importancia de las rutas comerciales históricas en la distribución de las plagas actuales».

Y, además, dice, «demuestra la utilidad de usar información genética para evidenciar estos patrones».